¿Te pueden multar por fumar CBD?

La respuesta a esta pregunta es algo compleja porque la multa por fumar CBD depende directamente de las circunstancias y condiciones en que se esté haciendo. Por tanto, sí es posible ser multado por fumar CBD, pero también es posible no serlo. 

Por una parte, debemos tener en cuenta que, en España, las flores y resinas CBD se comercializan como un objeto de colección. Es decir, no pueden venderse para fumar ni consumir de ninguna forma.

Por otra parte, cabe mencionar que el consumo de CBD aislado sí está permitido a nivel legal. Por tanto, su empleo en vapers o cigarrillos electrónicos no debería conllevar ningún tipo de sanción.

En este artículo desgranamos los entresijos de la compleja normativa que rodea al CBD.

¿En qué circunstancias te pueden multar por fumar CBD?

Tal como comentábamos en el apartado anterior, en nuestro país, las flores y resinas CBD no pueden venderse para fumar, sino que son un objeto de colección. De hecho, esto es algo que se advierte en su envase para que los compradores estén informados.

Fumar flores o resinas CBD compradas legalmente en una tienda de productos CBD es una práctica que está considerada como un uso indebido de los artículos adquiridos. Ahora bien, la posibilidad de ser multado varía en función de las circunstancias.

Tanto el consumo como la tenencia de flores o resinas de CBD en vía pública pueden ser objeto de sanción. De hecho, son bastante frecuentes, ya que muchas personas creen que cuando algo es legal no tiene restricciones.

En nuestro país, ninguna ley prohíbe de manera específica el empleo o tenencia de CBD ni puede hacerlo, dado que este es legal en la Unión Europea. Sin embargo, la Ley Orgánica de Protección de Seguridad Ciudadana tipifica la tenencia y consumo de estupefacientes como una falta grave, que puede ser sancionada con multas de entre 601 y 30.000 euros¹.

Las flores y resinas de cannabis, contengan o no THC, se consideran un estupefaciente en nuestro país, por lo que su consumo o tenencia en vía pública es perfectamente sancionable bajo la mencionada ley.

Ahora bien, como las flores de cannabis con CBD son un objeto de colección, su posesión en un envase no desprecintado junto al correspondiente tique de compra, no sería sancionable porque en ese caso no se trataría de un estupefaciente. Es decir, lo que convierte a las flores de CBD en estupefaciente es su consumo y, tal como se ha explicado, el consumo de estupefacientes en vía pública es sancionable.

También cabe mencionar que, aunque el consumo en el ámbito privado sigue constituyendo un uso indebido de las flores y resinas del CBD, no es sancionable por no ser delito penal. Por tanto, aunque en España no está permitido fumar flores o resinas de CBD, este comportamiento solo puede ser objeto de multa en la vía pública.

Pero, ¿realmente es el CBD un estupefaciente?

Ante esta información, lo primero que cabe preguntarse es si el CBD es un estupefaciente. Pues bien, aunque el CBD aislado no es un estupefaciente, las flores o resinas de cannabis sí pueden llegar a considerarse como tal si no se aplica ningún matiz. 

Según La Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas (ONU), “por cannabis se entiende las sumidades, floridas o con fruto, de la planta de cannabis (a excepción de las semillas y las hojas no unidas a las sumidades) de las cuales no se ha extraído la resina”².

Esta convención es un tratado internacional que establece unas directrices para legislar la tenencia, uso y venta de estupefacientes, conformando un marco legal internacional. Con este objetivo, se definen diversos tipos de estupefacientes, entre los que se incluye el cannabis, sin mencionar su contenido de THC. Es decir, según La Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, cualquier tipo de cannabis es un estupefaciente.

Debemos tener en cuenta que este tratado internacional se redactó hace más de 60 años, cuando todavía no existían flores con CBD ni se conocían sus propiedades. Los acuerdos sobre el cannabis se basan en la marihuana, cuya información era muy escasa. En aquella época, ni siquiera se sabía que el THC era su principal componente activo, algo que el Dr. Mechoulam descubrió en 1964.

En lo referente al CBD, cabe mencionar que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea avala su libre circulación al entender que no es una droga. Según este tribunal, el tratado internacional anteriormente citado no menciona al CBD en ningún momento, por lo que no puede clasificarlo como estupefaciente. Es más, en 2020 se aplicaron algunos cambios en este tratado, manteniendo al CBD al margen del mismo.

Afortunadamente, con el paso de los años, la investigación en el ámbito del cannabis ha logrado auténticos hitos, como el descubrimiento del sistema endocannabinoide o SEC en 1992 por Lumir Hanus y otros investigadores. El SEC es un complejo de receptores cannabinoides que se encuentran distribuidos por el cerebro y sistema nervioso central de los mamíferos.

También se han descubierto muchas propiedades de los cannabinoides, como los potenciales beneficios del CBD. Por esta razón, el Comité de Expertos en Drogodependencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó en 2018 que el CBD no se fiscalizase conforme a las políticas internacionales de control de drogas³.

Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para que las recomendaciones de la OMS en torno al CBD sean aplicadas a los tratados internacionales y a las normativas estatales de cada país.

Referencias

1. Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana. (BOE núm. 77, de 31 de marzo de 2015)
2. Convención Unica sobre Estupefacientes de 1961.
3. WHO Expert Committee on Drug Dependence review of cannabis. (s. f.).